Las turbulencias son una parte inevitable de volar y representan una de las preocupaciones más comunes entre los pasajeros de avión. Sin embargo, la mayoría de las veces, las turbulencias son más un inconveniente que un peligro real. En este artículo, nos adentraremos en el fenómeno de las turbulencias en los aviones, desvelando qué son, por qué ocurren y cómo los aviones están equipados para manejarlas. Y, ¡a volar sin miedo!
Las turbulencias en los aviones, también conocidas como “bolsas de aire”, se producen debido a los cambios inesperados en el movimiento del aire que alteran el flujo uniforme del viento. Este fenómeno puede ser causado por una serie de factores naturales como las corrientes de aire, los cambios en la presión atmosférica, el mal tiempo, o las montañas y edificios que alteran el patrón del viento.
Asimismo, también pueden ser causadas por sistemas meteorológicos grandes y complejos, como las tormentas. Estas pueden generar fuertes corrientes de aire que causan turbulencias. Además, a veces los aviones pueden experimentar turbulencias de estela, que son corrientes de aire generadas por otros aviones que vuelan cerca.
Sabemos que las bolsas de aire pueden asustar, al igual que los retrasos aéreos. Aunque pueden ser incómodas, son un fenómeno normal. Hoy en día, todos los aviones están diseñados para soportarlas. Los pilotos y las aerolíneas tienen protocolos establecidos para lidiar con las turbulencias y garantizar la seguridad de todos a bordo.
Además de las causas que las provocan, las turbulencias también se pueden catalogar según su nivel de intensidad:
Las turbulencias pueden parecer aterradoras, pero es importante debes saber que son un fenómeno atmosférico común y que los aviones están diseñados para resistirlas. En la mayoría de los casos, las turbulencias son molestas pero no peligrosas.
La estructura de un avión es extremadamente resistente y está diseñada para soportar las fuerzas extremas que se encuentran mucho más allá de las que experimentaría durante una bolsa de aire típica. En términos de ingeniería, un avión está diseñado para soportar agitaciones mucho más intensas de las que se pueden experimentar en un vuelo normal. En definitiva: los accidentes de avión causados por turbulencias son extremadamente raros.
En los casos en que se producen lesiones, a menudo se deben a que los pasajeros no llevaban puesto el cinturón de seguridad durante la turbulencia. Por esta razón, es fundamental seguir las indicaciones de la tripulación de cabina y mantener el cinturón de seguridad abrochado cuando se indique, especialmente al volar por una bolsa de aire.
Pero, aunque las turbulencias pueden ser incómodas y a veces aterradoras, la probabilidad de que provoquen un accidente de avión es extremadamente baja. Los diseños de las aeronaves y sus mecanismos de seguridad hacen que el peligro sea realmente minúsculo.
El vuelo AR1133 de Aerolíneas Argentinas, que iba de Madrid a Buenos Aires, se transformó en un escenario de miedo y confusión debido a una fuerte turbulencia. Aunque duró apenas 15 segundos, las violentas sacudidas fueron suficientes para causar terror entre los pasajeros y tripulantes. Este incidente ocurrió cuando el Airbus A330-200, que transportaba a 271 pasajeros y 13 tripulantes, estaba cruzando el Atlántico y se acercaba a la costa brasileña el pasado mes de octubre de 2022.
La situación se volvió caótica cuando algunos pasajeros salieron lanzados de sus asientos, golpeándose la cabeza contra el techo del avión o las narices contra el respaldo del asiento de delante. Los compartimentos superiores para equipaje se abrieron debido a las sacudidas, y varias maletas cayeron al suelo.
Doce personas resultaron heridas en este episodio, pero, según comunicados posteriores de la compañía, fueron de carácter leve. Este incidente se viralizó y generó indignación entre los pasajeros. Sin embargo, este evento subraya la importancia de seguir las medidas de seguridad en vuelo, como mantener abrochado el cinturón de seguridad, incluso cuando parece que todo está tranquilo.
Las turbulencias pueden ser inquietantes, pero rara vez ponen en peligro la seguridad de un vuelo. Los aviones modernos están diseñados para soportar turbulencias incluso más intensas de las que se experimentan en vuelos comunes. Aunque las turbulencias pueden hacer que el vuelo sea incómodo, es extremadamente improbable que provoquen la caída de un avión. Recuerda, la mejor precaución durante las turbulencias es permanecer sentado con el cinturón de seguridad abrochado.
Los pilotos utilizan principalmente el radar meteorológico de la aeronave para detectar áreas de turbulencia. Este sistema puede identificar nubes de tormenta y otros fenómenos meteorológicos que suelen ir acompañados de turbulencias. Además, los informes de otros aviones y las previsiones meteorológicas también proporcionan información valiosa sobre las posibles áreas de turbulencia en la ruta de vuelo.
En la mayoría de los casos, las turbulencias no son lo suficientemente fuertes como para que el piloto pierda el control del avión. Las aeronaves modernas están diseñadas para resistir incluso turbulencias severas. Durante estas, los pilotos pueden optar por reducir la velocidad del avión para minimizar el estrés en la estructura de la aeronave, pero raramente pierden el control. Si que es cierto que las turbulencias pueden provocar movimientos bruscos y repentinos, lo que puede ser desconcertante para los pasajeros. Por eso es fundamental mantener siempre abrochado el cinturón de seguridad durante el vuelo.
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